Hoy es mi último día de relax. El día ha empezado un poco chungo, como continuación de la noche, porque el hotel esta bastante lleno y hay muchos niños, que como es natural no paran. El buffett de desayuno es un claro ejemplo de lo que no se debe hacer. Como había mucha gente y los camareros, aunque son unos cuantos no dan abasto, pues me han quitado el sitio tres veces. Los que habéis viajado conmigo ya sabéis los cabreos que me pillo cuando antes de sentarse uno ya esta con el plato. Esto me parece de pésimo gusto, ya que sí te pones primero el plato y luego no hay sitio, pues pueden ocurrir dos cosas, que desayunes de pie o que le quites el sitio a otro como me han hecho a mi, claro que yendo sólo es habitual ya que no puedes dejar nada en la mesa. O como hoy que he dejado la tarjeta de la habitación y me ha dado lo mismo.
Después los niños porque son niños y los padres que para que se van a molestar. Había una madre dándole el desayuno a una niña de un año que corría por todo el restaurante y ella detrás. Otro niño se ha llenado los bolsillos de mermelada y la madre ni se ha enterrado. Uno ha cobrado y ni ha llorado, eso si por lo menos le ha hecho caso al padre.
Donde te hacen las tortillas, huevos y demás, la gente se piensa que esta su casa y le hacen dar al cocinero asado de calor, veinte veces la vuelta a la tortilla. La cafetera de estudio psiquiátrico y los niños que les bajan en pijama y descalzos, que esto no debería permitirlo el hotel y un largo etcétera.
Para mi hay una cosa en la vida que me flipa y es la contemplación del género humano en determinadas situaciones, la primera en un casino y la segunda en un buffett. Con la primera me divierto (aun recuerdo en Las Vegas las dos horas tan amenas que pasamos mi padre y yo simplemente contemplando al personal desde la puerta de la gran sala del casino), y la segunda me da vergüenza ajena, la gente se pone la ensalada y la sandía en el mismo plato, no se vaya a terminar, y se queda tan ancha (también recuerdo el todo incluido de la Riviera Maya que distinguías el que era la primera vez que viajaba y el que no). Las personas que me conocen mucho ya saben que soy muy observadora.
Resumiendo, por favor y esto va por Luis Cervantes, mi agente de viajes (que nivel), que la proxima vez me recuerde que no vaya mirando la pela y me aconseje que me vaya al hotel más caro y a la isla menos turística, en este caso a Phu Quoc, que una cuando va fuera tiene un status y no puede ser tanta vulgaridad.
Y por cierto, aquí de millonario na de na, con lo cual vuelvo sin novedad, como siempre.
Por la tarde me he ido de centros comerciales, he visitado dos. El primero mezcla de todo con comida que me han dado con la puerta en las narices, casi que mejor, porque son un poco asquerosillos aqu los mercados.
Después la calle de la tecnología y fauna y flora variada. Veanse varios ejemplos a continuación.
Y después el otro centro comercial, o tal vez una gasolinera reconvertida. Dejo a la imaginacion del sufrido lector, el que me diga que coño es esto.
El caso que luego dentro del edificio principal había esto.
El mercado consta de lo más parecido a una gasolinera, un edificio redondo y la puta calle básicamente. Es de lujo vamos. Y lo siguiente en mitad de la calle, sin cortarse un puto pelo. Lo gracioso es que el pescado no tenía mala pinta.
Y ya lo mejor lo dejo para el final, lo bien aprovechadas que van las motos, se nota que son caras.
Aquí hay dos motos, pues en la moto del fondo van cinco personas, se ve si la ampliáis. La niña de lila se acaba de bajar, subidos en la moto quedan dos niñas, una de amarillo y otra de azul, después esta el conductor con el casco amarillo (aquí son muy estrictos con el casco de los conductores, pero detecto cierto abandono con los sistemas de retención infantil) y delante de el otra niña. Y todo así. Hay familias que viajan tres, el padre conduciendo, la madre detrás del todo y el niño en medio de pie, para que se va a sentar con lo incómodo que tiene que ser. Otros llevan bebes, unos con una especie de mochila y otros directamente encima.
Qué vistas!! Pero sepas que las motos familiares se ven también en Europa. Con irte al quartiere degli spagnoli
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