Hola de nuevo seguidores. La mañana de hoy ha estado genial, hemos visitado Hoi An y la verdad es que es muy bonito. Es una ciudad muy pequeña pero con mucho encanto. Hemos recorrido sus calles y visitado el mercado, que es alucinante, bueno aquí el alucinante es un término muy amplio, ya que es caluroso con carnes y verduras al aire, y por supuesto moscas por un tubo. Aquí hay que tener cuidado con la cartera porque tienen mucha facilidad para robarte.
Aquí con otras amigas y con pintas de guiri
Restaurante recomendado en Lonely Planet
Después hemos ido a comer, por cierto he comido pescado, y al volver al hotel nos hemos dado un golpe con el autobús. Hemos chocado con otro autobús y se nos ha comido el espejo retrovisor. Lo han solucionado amigablemente, no como en España. Es muy curiosa la manera vietnamita de solucionar estas cosas, los conductores se han bajado y se han liado a hostias. Verídico. Nos hemos querido acercar, pero el guía solo ha dejado ir a los hombres del grupo.
Ahora me voy un rato a la piscina. Luego esta noche os cuento más.
En Vietnam todo esta de saldo como en los demás países de Asia, hay mucho trapo y chatarra, y también cosas de mercadillo de más calidad. Esta tarde hemos estado de nuevo paseando por esta ciudad y había un festival japonés, nos hemos reído un rato con el espectáculo. Luego para variar hemos cenado internacional, correcto el sitio, pero tampoco era para lanzar cohetes. Además ha habido una cosa que no me ha gustado, y es que en los restaurantes a escondidas se cuelan niños pequeños vendiendo cosas ya bastante tarde, y esto no puede ser. Si quieren vender, que vendan los adultos, no los niños.
Después paseó por las calles llenas de farolillos, muy curioso la verdad. Me voy a dormir que mañana toca otro día duro.
Mañana quiero ver más comentarios, que os prodigáis poco. Si esto del blog llega a descubrirlo mi padre, hubiera disfrutado como un enano. Por cierto el millonario no se deja ver, una mierda, si lo llego a saber no me desplazo.